
“Con nuestro Plan Cocrea Virtual no hay reto empresarial que nos frene”
Ayudar a las empresas a transformarse y responder a los retos que presenta el mercado es el objetivo principal del Plan Cocrea Virtual.

¿En qué consiste la Transformación Digital?
Un nuevo perfil de consumidor
La transformación digital es un término que, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda en el tejido empresarial favorecido por la aparición de un perfil de consumidor 5.0 , para el que las nuevas tecnologías se han convertido en un factor decisivo en el proceso de compra. Estamos ante un consumidor, que se informa y busca opiniones en Internet sobre el producto y/o servicio, que quiere adquirir independientemente de si la transacción se acaba haciendo offline u online.
Este comportamiento del usuario exige que las empresas se centren en una nueva visión de los clientes, poniendo foco en la experiencia de compra. Esto significa repensar y redefinir de manera continua la forma de hacer negocios a partir de nuevos modelos de relación con el público objetivo.
¿Es un proceso que sigue un patrón determinado?
La transformación digital no es un reto de iguales características para las empresas que han nacido al amparo de la tecnología, que para las marcas más tradicionales. Estas deben cambiar su forma de comunicar, pero también y, más importante, mudar los cimientos sobre los que se creó la organización. Se trata de cambiar el ADN analógico de la organización por un ADN digital, es decir, una empresa que utilice el poder de las tecnologías actuales para crear nuevas formas de negocio y valor para el cliente.
Una transformación que debe afectar a todos los procesos y equipos de la organización
El cambio es transversal, es decir, afecta a todos los departamentos de la organización, y a sus formas de trabajo. Éstos deben abandonar enfoques más tradicionales basados en silos de información y apostar por que la información fluya y sea compartida por todos los miembros de la organización. De esta forma, cualquier empleado puede saber en qué punto se encuentra la relación y responder a los intereses del cliente. Se debe contar con una hoja de ruta bien marcada y definida que garantice el éxito de esta transición. Pero, además, resulta imprescindible contar con el compromiso y la implicación de todos los departamentos, desde marketing hasta finanzas, pasando por Recursos Humanos y operaciones. Todos deben remar en la misma dirección con el único propósito que ese viraje de la compañía se traslade al usuario en una mayor satisfacción y una mejor experiencia de compra.
¿Qué tipo de metodologías no pueden ayudar en este proceso?
Este cambio en su modus operandi, que supone abandonar formas de trabajo más tradicionales, lo deben hacer, además, de una forma ‘ágil’, es decir, a la par que continúan satisfaciendo las necesidades y demandas de sus clientes. Lograr esta habilidad es complicado. Por este motivo, es conveniente apoyarse en el uso de metodologías Agile como Scrum, que ayuden a las empresas a liberarse de la rigidez, al organizar y repartir el trabajo de forma rápida y flexible entre diferentes equipos multidisciplinares. Esto se traduce en una mayor eficiencia, menor margen de error y mayor agilidad a la hora de satisfacer las necesidades del cliente.
La metodología Agile se utiliza en un entorno lleno de innovación, competitividad, productividad y, sobre todo, de agilidad, claves para garantizar la supervivencia de las empresas que se ven obligadas a adaptarse a un entorno que siempre está sujeto a cambios.
¿Las empresas españolas ya han afrontado este reto?
Si en 2018 la transformación digital ya era la principal prioridad estratégica para las empresas españolas, pues un 48% de las organizaciones así lo manifestó en un estudio de la industria, este año el porcentaje ha crecido hasta el 53% y las previsiones es que siga aumentando.
Acompañar a las empresas en este viaje, mostrándoles lo que realmente supone este proceso es una de las fortalezas de 67 Pulsaciones |The Business Agency. La agencia de expertos especializados en estrategias de negocios, que analiza cada caso de forma individual, con el objetivo de crear una hoja de ruta del proceso adaptada a la idiosincrasia del cliente, que contemple este cambio de una manera progresiva y gradual en el seno de la organización. ¿Hablamos?

¿Cómo plantear una estrategia de negocios adecuada para mi empresa?
Transformar digitalmente una empresa no es un tema baladí. Un estudio de McKinsey, señala que el 85% de las empresas que acomete este tipo de proyecto acaba fracasando. Aunque hay muchos motivos por los cuales este tipo de iniciativas no se materializan -falta de liderazgo o resistencia al cambio, entre otros-, lo cierto es que hay uno que es básico y que suele obviarse, cuando se trata de abordar un proceso de este tipo.
Un proceso definido
Las nuevas coordenadas, en las que deben operar las empresas, motivan que, en ocasiones, se abarque un proceso de digitalización de forma ‘impulsiva’ sin una seria reflexión sobre lo que se persigue. Operar según viren las necesidades de los usuarios y el mercado, sin atender a una ruta fija, es sinónimo de fracaso en términos empresariales.
Por este motivo, es básico cimentar la digitalización en un proceso bien definido, con unas etapas claramente diferenciadas y que se someta a continua revisión con el objetivo de corregir cualquier desviación.
Pero, ¿cuáles son estos pasos?
En primer lugar, hay que estudiar y analizar la situación real de la empresa, dónde estamos y a dónde queremos llegar. En esta fase es imprescindible que, desde la alta dirección, se identifiquen los objetivos y los indicadores clave de rendimiento (KPIs).
Una vez definido el objetivo, hay que identificar las soluciones aplicadas por diferentes empresas para resolver dichos retos.
Una vez tenemos claro qué vamos a hacer y cómo lo vamos hacer, hay que descender al usuario real de la solución, con el objetivo de perfilar el target y enfocar sus necesidades, para testar las soluciones y las propuesta de mejoras, antes de ponerlas en producción o en marcha. En esta fase se obtiene importante feedback para saber si realmente funcionan y corregir posibles desviaciones. No obstante, es importante asumir durante todo el proceso una visión analítica que permita a los directivos verificar si se va por el camino correcto o hay que hacer alguna modificación sobre los pasos.
La clave: agilidad
Esta dinámica continua de feedback es fundamental en los tiempos que corren, en los que el ritmo de cambio es trepidante y en los que lo que hoy puede servir mañana, ya no.
Ya no operamos en un contexto fijo y, por tanto, los métodos convencionales de trabajo quedan invalidados. La economía digital ha acelerado el ritmo de los procesos y podría ocurrir que cuando se alcanzara el objetivo final del proyecto éste quedara obsoleto.
Los cambios en las tendencias de consumo, la competitividad feroz y el ritmo de innovación ‘exigen’ un modelo operativo ágil, en el que es posible reconfigurar estrategias, estructuras, procesos, personas y tecnologías con rapidez y eficiencia para captar oportunidades de crear y preservar valor.
Mientras que, en las metodologías tradicionales la resistencia al cambio es una constante, en las metodologías ágiles el cambio forma parte del proceso natural del proyecto, pues sirve como aprendizaje continuo, tanto para el proyecto en vigor como para proyectos futuros. Por esta razón, la gestión ágil de proyectos o Agile Management ha ido ganando enteros entre un gran número de empresas, independientemente de su tamaño y del sector.
Y, ¿con qué herramientas lo hacemos?
Hay multitud de herramientas en el mercado para cada una de las fases del proceso. Lo importante es saber cómo funcionan y si éstas se adaptan a nuestra idiosincrasia y nos va a ayudar a alcanzar nuestro objetivo. A continuación, algunas herramientas relacionadas con las diferentes etapas.
- La fase de investigación (contextualización y benchmark): https://trendwatching.com/
- La fase de visión cliente: https://es.quora.com/ una red social para compartir conocimiento o https://coggle.it/?lang=es , una herramienta online para crear y compartir mindmaps de forma que internamente el usuario de la organización pueda compartir cualquier cambio con el resto del equipo y visualizarlo de forma instantánea.
- La planificación: https://try.wrike.com, que centraliza la información necesaria para la planificación y ejecución de proyectos con informes y paneles de control visuales. Permite el uso de cronologías con ruta crítica o Diagramas de Gantt y se adapta a diferentes flujos de trabajo con estados de proyectos personalizados.
- La evaluación (Seguimiento de indicadores y KPI’s definidos): https://www.inacatalog.com/indicadores-cuadro-de-mando-integral/ Los datos siempre han tenido un valor inmenso y hoy se ha convertido en el activo principal de cualquier organización. La información es la ‘llave’ para hacer crecer el negocio. Sin embargo, durante décadas y todavía hoy, el hecho de que las organizaciones no favorezcan que la información fluya por los diferentes departamentos junto con la complejidad y la falta de las habilidades por parte del personal, han obstaculizado que los datos se conviertan en conocimiento y que éste llegue a todos los usuarios. Es únicamente de esta manera como se puedan tomar las mejores decisiones para la estrategia de negocio de tu empresa, en cada momento aunque éstas puedan cambiar a lo largo del proceso.
La digitalización es un proyecto crítico para la supervivencia de las empresas de la economía 4.0. El grado de adaptación varía de una a otra, pero lo que es común a cada una de ellas es que debe ser un proyecto pensado, definido y reevaluado constantemente para alcanzar el objetivo.